Plebeyos se arrodillan
traicionan a los ancestros
se postran a los pies del enemigo.
Se enamoran del adversario
de quien vino para someterlos.
-¡El amor al enemigo es Paz!-
Esperan las manos del Dios enemigo,
y viendo a sus hijos morir suplican
al Señor de quien los ha doblegado.
-¡La paciencia en miseria es Calma!-
Te llamo Reina de la Destrucción
para poner fin a mi dolor.
A ti te nombro Dama de la Ira
para la Revolución del planeta.
Contigo reiré Diosa de mis días,
cuando no encuentre cerradura
la llave mística que ha idiotizado,
y nuestras fuerzas arrasen ciudades,
y los necios lloren rogando piedad.
¡Descontrol, misiles y muerte,
harán vibrar los territorios a tu ritmo,
y entre despojos los reyes morirán,
en la furia sin límites los héroes huirán!
Violencia es la palabra del Alma,
y la pasión del verdadero Amor.
¡Qué el vigor enerve todo mi ser,
para que mi ser sea Violencia!
¡Qué mis manos tomen las armas!
¡Qué las hordas comiencen su ataque!
¡Violencia! Mi palabra te glorifica.
¡Violencia! Mi pasión te glorifica.
¡Violencia! Mi razón te glorifica.
...Y que los pacifistas mueran
en la ira de los campos de batalla,
sufran el horror de su locura.
¡Violencia! Mi acción te glorifica.
¡Violencia! Mi pensamiento te glorifica.
¡Cuántos lloran en tu presencia,
cuántos ignoran tu poder!
Posees la fuerza del misil, y la gracia,
el odio por el que existe el amor.
No guardas ningún criterio
y tu ley primera es siempre la acción.
Sirves sin escrúpulos a quien te ejerce.
Te llamo para salvar a la humanidad,
porque no hay renovación en la calma,
sino apenas muertos y miseria.
No existe futuro en la paciencia
más que subyugación y mentira.
¡Ejecutada la Calma,
bendita seas Violencia!
Marcos Abarza, Insania Vehemente: Anomalos Versos y Efluvios Obituarios (Editora Indomita 2005)
ISBN 987-22120-0-7
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